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viernes, agosto 11, 2006

Ornella (Final)




A quién se le ocurre poner la firma en el extremo superior derecho del espectador en el cuadro.
Fue una volada de la noche.

Esta es la pintura final. Le hice arreglos en la nariz, el ojo y tonos de piel.

Una vez, conversando con un profesor de pintura que tenía en el Colegio (el Ñañeñiñoñu, como le decíamos con el Enrico al Profesor Yañez), llegamos al tema del parentesco de una pintura (paisaje o retrato) a la realidad. Dijo el profe, no sólo a mi, sino que a todos los presentes en esa mesa, que una pintura no tiene que quedar igual a la Realidad, porque para sacar imágenes idénticas tenemos las máquinas fotográficas. La gracia de la pintura es dejar la marca de uno, porque es la representación de cómo el alma ve la "realidad".
Eso que dijo el profe va a ser mi excusa para decir que "no quedó igual porque no quise"

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